viernes, 21 de septiembre de 2012

Tener principios...

"A la opresión, a la explotación y al abandono, nosotros respondemos con la vida."

Gabriel García Márquez

Nobel Lecture, 8 December, 1982: “The Solitude of Latin America”, in Nobel Lectures in Literature 1981-1990, World Scientific Publishing Co., Singapore, 1994

A la opresión, a la explotación y al abandono, nosotros respondemos con la vida. Ni las inundaciones, ni las epidemias, el hambre y las catástrofes, ni siquiera las interminables guerras que han durado siglos, han podido vencer la fuerza incesante de la vida sobre la muerte. Es una ventaja que crece y acelera cada vez más: cada año las vidas que se encienden superan en más de setenta y cuatro millones las que se apagan, un número de nacimientos suficiente para multiplicar por siete cada año, la población de Nueva York. La mayor parte de esos nacimientos tienen lugar en América Latina. Al mismo tiempo los países más ricos siguen acumulando armas de destrucción capaces de aniquilar, más de cien veces, no sólo a todos los seres humanos que han existido hasta hoy, sino la totalidad de las criaturas que han respirado y respiran en este desventurado planeta.

En un día como este, mi maestro William Faulkner dijo: “Me niego a aceptar el final del hombre”. No sería digno de estar en este lugar que ha sido suyo, si no fuera plenamente consciente que la colosal tragedia que él se negó aceptar hace 32 años , es ahora, por primera vez desde el inicio de la humanidad, nada más que una simple eventualidad científica. Delante está esta aterradora realidad que parecía una mera utopía durante toda la historia de la humanidad. Nosotros, los inventores de fábulas, que podemos creer casi todo, tenemos el derecho a creer que no es demasiado tarde para comprometernos a construir la utopía contraria. Una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie podrá decidir por los demás cómo tienen que morir. Donde el amor demostrará que la verdad y la felicidad son posibles, donde los hombres condenados a cien años de soledad tendrán todavía, finalmente y para siempre, una segunda oportunidad en la tierra.



Conciencia, de Ricardo Carpani